Cuba: Balance de 60 años de sufrimiento

Recientemente se cumplían los 60 años del comienzo del bloqueo a Cuba, que evidenciaba una vez más la gran mentira del ultraliberalismo económico: “libertad total, el mercado se encargará de regularlo todo, el Estado no debe intervenir”… No debe intervenir mientras la situación le favorezca, cuando no sea así, Estado se encargará de poner las cosas en su sitio, como viene sucediendo desde hace 60 años por parte de EEUU en Cuba.

Se trata de una de las medidas más severas impuestas por un país contra otro para intentar revertir una situación que no gusta o no conviene: el embargo de Estados Unidos contra Cuba, según ellos era contra un régimen comunista pero en la dura realidad de cada día, era contra el pueblo cubano que es quien ha sufrido y sufre las breitling replica consecuencias. Les molesta que el Comunismo se instale en las narices de su Imperio, pero no les importa el sufrimiento de las personas en esas mismas narices. Resulta evidente que para Biden, conspicuo demócrata, el cálculo electoral pesa mucho más que el deber humanitario.

Del otro lado, en enero, Díaz-Canel pidió una vez más a los cubanos «resistencia creativa, que significa aprovechar todo el talento que tenemos para vencer el bloqueo”; pero el problema es que con la resistencia creativa y el talento, no se come. El llamamiento de Díaz Canel, llega cuando Cuba atraviesa su peor crisis económica en 30 años, con una inflación galopante del 70% y con un marcado deterioro de la calidad de vida y grave escasez de alimentos y medicinas.

Con una visión maniquea y reduccionista del “conmigo o contra mí”, de una parte, los defensores del gobierno cubano culpan al bloqueo de todos sus males, y de otra, sus detractores lo acusan de querer encubrir su ineficacia y los problemas estructurales de su economía.

Frente a todo ello, el gobierno cubano elude la autocrítica. El bloqueo es seguramente la causa principal de la situación, pero no la única: también hay que tener en cuenta el fracaso de la planificación económica de la isla que fue durante muchos años copiada de los planes quinquenales soviéticos que ya fracasaron con Stalin y que han vuelto a fracasar en Cuba.

El mayor problema es que la isla está descapitalizada, no tiene divisas ni acceso a créditos de organismos financieros internacionales. En esas condiciones está obligada a comprar las mercancías a crédito, llegando a importar productos tan básicos como la leche de lugares tan lejanos como Nueva Zelanda, Bélgica o Uruguay. En La Habana la gente hace cola para conseguir algunos artículos como la leche en polvo, pero no queda, lo que incluso para la población cubana, acostumbrada a las carencias, resulta inédito.

Por otra parte, pasadas seis décadas, Washington no admite el fracaso de su política de acoso; se le debería de hacer evidente que no ha logrado cambiar las cosas en La Habana con su presión y lo que sí ha conseguido es perjudicar gravemente a la población con un castigo colectivo que cada vez cuenta con más detractores, empezando por algunas voces dentro del propio Partido Demócrata de Joe Biden.

En un principio, Estados Unidos impuso a Cuba un embargo económico y financiero como respuesta a las primeras nacionalizaciones de Fidel Castro en la isla de propiedades norteamericanas o cubanas pero con participación de capital norteamericano. Recordemos de breitling replica watches paso, que la anterior Cuba de Batista era el casino y el burdel de USA así como el refugio de buena parte de sus capos mafiosos.

El bloqueo comenzó con la cancelación de la cuota azucarera cubana (prácticamente un monocultivo) en el mercado estadounidense, ya en junio de 1959, pocos meses después de la entrada de Fidel Castro en La Habana y luego continuó con la suspensión del suministro de petróleo a la isla, fundamental para el transporte y el desarrollo industrial.

El bloqueo se oficializó en febrero de 1962, cuando el admirado, llorado y supuestamente progresista  presidente demócrata John F. Kennedy, al tiempo que proyectaba la fracasada invasión de Bahía Cochinos, prohibió totalmente la importación de mercancías de origen cubano. La medida supuestamente duraría hasta que el Gobierno cubano compensara los bienes de ciudadanos estadounidenses que habían sido nacionalizados durante la Revolución socialista iniciada tres años atrás. Pero el bloqueo no sólo se sostiene hasta hoy, sino que además se ha visto reforzado con numerosas medidas coercitivas y por supuesto unilaterales por parte de la Casa Blanca, a lo largo de seis décadas y durante el mandato de hasta 12 presidentes, tanto republicanos como demócratas.  Todo esto se incrementó en 1996 cuando el Gobierno del muy demócrata y saxofonista presidente Bill Clinton endureció las restricciones y prácticamente prohibió hacer negocios con Cuba, además de limitar su acceso a dólares en el mercado extranjero a través de una ley conocida como Helms-Burton.

Durante el gobierno del presidente Barack Obama hubo un cambio en la política hacia Cuba, se restablecieron las relaciones diplomáticas, comerciales y económicas y se permitieron los viajes a la isla, entre otros, del propio Presidente, pero en 2019 el Gobierno de hublot replica watches Donald Trump restituyó las sanciones y restricciones: durante su gobierno se adoptaron, adicionalmente, otras 243 medidas. Una suma de circunstancias que obliga en estos momentos a los gobernantes cubanos a operar económica y financieramente en condiciones de excepción. Ninguna otra nación en el mundo ha permanecido durante seis décadas bloqueada.

Cada vez son más las voces que se alzan desde el mismo EEUU para denunciar la falta absoluta de efectividad de un bloqueo que sólo ha servido para precarizar y deteriorar las condiciones de vida de los cubanos pero en ningún caso para conseguir aquello que pretendían los que lo idearon.

Según el Ministerio de Economía y Planificación de Cuba, la isla ha dejado de percibir unos150.000 millones de dólares en ingresos a causa del bloqueo. Debido a ello, el país tiene un limitado acceso tanto a tecnología moderna, como a determinados bienes y servicios. Uno de los sectores más afectados es el de la salud, debido a que hay restricciones para adquirir medicamentos, equipos o tecnología médica extranjera y sobre todo productos que cuenten con patentes de Estados Unidos.

Más allá de la previsible progresiva apertura a la empresa privada, no se vislumbran otras novedades en la situación de Cuba, mientras las condiciones de vida continúan deteriorándose 60 años después, Ni Kennedy está en la Casa Blanca ni Castro en La Habana, hublot replica pero el estado de la cuestión, sigue igual o peor…

Entretanto, La Asamblea General de la ONU ha vuelto a pedir el final del embargo sobre Cuba (por 26ª vez) y con el mismo éxito de siempre…

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies