La Veranda de Rafa Rius
Hermosos vencidos. Tomo prestado a Leonard Cohen el título de una de sus novelas para adjudicárselo ahora mismo a los resistentes del Forn de Barraca contra la ampliación de la V-21 de entrada a València, pero también a los combatientes de Fraguas contra la despoblación y el abandono o a los vecinos de La Punta que lucharon contra la destrucción de su hábitat secular por la maldita e inútil Zona de Actuación Logística del Puerto de Valencia… y a tantas y tantas otras luchas de tantas y tantas otras personas que, aun conscientes de su inferioridad de fuerzas frente al Leviatán que intentaba someterlos, han venido manteniendo una resistencia heroica y ejemplar.
Lejos de ingenuidades improcedentes, el mantener una lucha aun siendo conscientes de una derrota segura aunque nunca definitiva, tiene dos explicaciones fundamentales: el mantenimiento de la propia dignidad y el ejemplo para quien viene detrás. El mantenimiento de la propia dignidad porque nadie debería poder seguir viviendo en armonía consigo mismo sin ser fiel a sus convicciones, sin defender hasta las últimas consecuencias aquello que considera justo y cabal; y el ejemplo, porque más allá de las palabras, tantas veces vacías, sólo queda aquello que los viejos libertarios llamaban “la propaganda por el hecho”, es decir, aquellas acciones ejemplares que, observadas y analizadas por otras personas, puedan incitar a imitarlas.
Es un combate lento, hecho de cientos de micro conflictos que han venido llenando nuestra historia reciente. Nadie piensa – excepto algún político parlamentario, pretendidamente ingenuo – en heroicas conquistas de palacios de invierno ni asaltos a unos cielos inexistentes. Lo que nos muestra la realidad cotidiana es un largo y tortuoso camino, hecho de pequeñas pero abundantes y fecundas experiencias liberadoras que, más allá de sus eventuales derrotas, dejan un poso de ejemplo, de anhelo de continuidad y perspectivas de un futuro diferente.
Frente al brillo de oropel de los horteras triunfadores, insaciables engreídos ahítos de una necedad que oculta su sentimiento de inferioridad, disimulado en su fe en el “tanto tienes, tanto vales” ; frente a tantos estafadores impunes de lo público que disfrutan vergonzantes de sus miserables trapicheos mientras transitan sus vidas inanes y malgastan sus energías en eludir una justicia que siempre se mostrará comprensiva con sus saqueos; frente a tantos políticos ineptos que a diario traicionan y se traicionan a sí mismos negando lo que ayer afirmaban y mintiendo de continuo y sin rubor alguno a quienes dicen representar; frente a unos valores sociales dominantes que hacen del triunfador -siempre entendido como aquel que más posesiones materiales acumula- el modelo de referencia a imitar…
Frente a todo ello, frente a tanta envilecida fealdad triunfante, siempre quedará la belleza inmarcesible de los hermosos vencidos.
Un ácrata en camiseta
Ni las batallas las deciden los políticos ni las revoluciones las dirigen los «revolucionarios» de pacotilla, auténticos psicópatas guiados de la idea de pensamiento único y del exterminio de la especie Humana.
Este Solar Celestial, encuadrado en sus quinientos mil kilómetros cuadrados tiene espacio suficiente para acoger a toda la gente que en su territorio habita. Otra cosa muy distinta es que la gente quiera ser protagonista de sus vidas, o que otras gentes con intenciones aviesas les marque el guión, ese es el problema. Y aunque las formaciones políticas, sindicalistas, o feministas de todo tipo o credo intentan explicar lo que cada sujeto debe de hacer con acuerdo lo que dicta su «evangelio» ninguno lo justifica, además lo explican mal, muy mal, pues su alegato no resuelve el fondo del problema que es social y político, además de económico.
Respecto a lo que afirma Rafa Ríus en su última frase un tanto poética, tengo que entrar en abierta oposición con la frasecita de marras. Y para que conste, citaré una de Sófocles, de su celebérrima comedia hoy desaparecida «Las hormigas», la cual dice lo siguiente: El que tuvo y retuvo siempre tuvo y el que no tiene pasa por el tubo» fin de la cita.
Emili Justicia
Un ácrata en camiseta
Ah… se me olvidaba. Frente a la pretendida belleza, de la frase de Leonard Cohen, resignada toda ella a la impotencia, (nada más saturado de fealdad que una impotencia asumida como una fatalidad insuperable, inclusive el concepto de muerte tiene su poética desde un punto de vista epicúreo) antepongo un fandango de origen sefardí que reza de la siguiente manera: Indiferente/ si es que naide te lo da/ busca en la vida un aliciente/ que un hombre no vale na/, (na de na) si no lleva en la mente/ una idea por qué luchar.
Va por ustedes…
Emili Justicia
No sé si has leído el artículo pero, en cualquier caso, me temo que no lo has entendido: ni impotencia ni resignación ni fatalidad… (ná de ná)
Como decía una vieja camiseta de Radio Klara: Derrota tras derrota hasta la victoria final.