La política en educación del ministro José Ignacio Wert ha sido contestada repetidamente por la comunidad educativa y por la población. Ha generando manifestaciones masivas en las calles y rechazo por su forma de proceder y su habitual falta de modestia a la hora de presentar sus planteamientos, tan “imaginativos” como su idea de “españolizar a los niños catalanes”.
La última propuesta de su ministerio ha sido aplicar con efecto retroactivo y para el curso 2013-14, ya comenzado, una nueva norma. Se elimina la ayuda -cuya cuantía supone entre 100 y 180 euros al mes- a los alumnos de Erasmus que no cumplan con un requisito que no estaba presente en la convocatoria por la que les concedieron su beca de movilidad europea.
Una nueva clausula les obliga a haber tenido concedida beca general en el curso anterior para poder ser beneficiarios de la beca Erasmus del Ministerio de Educación y Ciencia en el curso actual. Quien no cumpla este requisito debería perder la beca concedida que, en muchos casos, está siendo usada puesto que los alumnos están estudiando ya fuera de España.
La explicación aportada por el ministro Wert y por el portavoz del PP puede parecer incluso defendible. Nos dicen que esta medida es un intento del Gobierno para conseguir que más de 4.000 familias con pocos recursos puedan acceder a la beca, dado que este año no han podido pedirla por la escasez de su cuantía, que no cubre los costes que genera estudiar en un país europeo.
Intentan convencernos de que la intención es priorizar los recursos para que en el futuro estas familias puedan acceder también a la beca y el número de Erasmus sea más amplio. Insisten en que con esta medida los que tengan menos ingresos pasarán a tener una beca de hasta 300 euros al mes.
Podríamos llegar a creer en la sinceridad del ministro, si no fuera porque en 2011 las becas Erasmus de su ministerio disponían de 62,7 millones de euros y esas mismas becas para el curso próximo contarán solo con 18,1 millones de euros. Difícil con estos datos creer que se quiere beneficiar a más familias.
Nos inclinamos a dudar de las explicaciones del ministro y a pensar que se trata de un capítulo más en los recortes del Gobierno. Es la línea de trabajo que viene aplicando Wert desde que llegó a su puesto. Básicamente su política la podríamos definir de forma sencilla en un “quien pueda pagarse la universidad que estudie y quien no que se dedique a otra cosa”.
Es un modelo de acceso a los estudios universitarios que muchos no queremos. Los alumnos con peores condiciones económicas no podrán pagarse los estudios, con matrículas cada vez más caras, menor cantidad de becas y condiciones más complicadas para conseguirlas.
Deberán renunciar a estudiar o pedir un préstamo bancario para poder hacer frente a la matrícula y a los gastos que genera la universidad. Si obtienen el préstamo, cuando terminen su formación y comiencen a trabajar lo harán muy endeudados. Es la manera de tener trabajadores cualificados y dóciles, que no se pueden permitir perder el trabajo, debido a los préstamos que tienen que devolver.
En el caso de las becas Erasmus Wert ha tenido que rectificar. La Unión Europea ha dado un toque de atención al gobierno español, por la falta de legitimidad de la norma. Posiblemente también por la falta de legalidad de la medida, al tener un efecto retroactivo sobre becas ya concedidas, que ahora quedarían en suspenso.
Por la forma en que han ocurrido los hechos nos queda una duda. Muchos estudiantes se sienten ahora satisfechos, con la sensación de haber vencido. Pero la medida se implantará en el próximo curso y habrá que ver si se lleva a cabo una protesta firme ante lo injusto de la misma.
De no producirse la protesta, Wert y el Gobierno de Rajoy habrán conseguido su objetivo. El conjunto de la población y de la comunidad universitaria (alumnos, padres, profesores, rectores…) aceptarán como buena una reducción de 62,7 millones a 18,1 millones de euros, en la cuantía de las becas. Es decir, disminuir el montante de las becas Erasmus en un 71,1 % en solo dos años.
Así y con esta maniobra de distracción, protagonizada una vez más por el ministro Wert, habrán conseguido imponer una nueva reducción drástica de las ayudas en educación, sin que se produzca una respuesta por parte de la ciudadanía.
Juan Ángel Saiz
Profesor de la Universidad Politécnica de Valencia