Raquel Ortiz
Quienes defendemos una escuela libre de cualquier dogma lo hacemos desde una concepción democrática de la educación como derecho humano universal para toda la ciudadanía sin distinción de raza, de sexo, de ideología y por lo tanto los poderes públicos deberían garantizar ese derecho y esas condiciones. Hablamos de un estado democrático.
La educación es una herramienta de desarrollo y crecimiento personal esencial desde la más tierna infancia y de ahí el cuidado y la vigilancia de suministrar el máximo de elementos para ir formando personas en el conocimiento integral para que con el paso del tiempo cada persona vaya conformando una personalidad, unas opciones vitales y una formación en valores desde la más absoluta libertad de conciencia. Seguimos hablando de un estado democrático, ¿si?
Por supuesto que el entorno de la familia, las amistades, la sociedad, y más factores, van a influir en cada ser humano pero la educación como un derecho universal que las instituciones están obligadas a garantizar a la ciudadanía no puede estar vinculada de ninguna manera a ninguna religión ni a ninguna otra ideología si vivimos y defendemos un estado democrático. ¿Si?
En pleno siglo 21 y contemplando la Ilustración 2 siglos atrás, quién puede defender hoy con un argumentario desde la racionalidad hasta los derechos humanos, que un dogma religioso tenga que tener un espacio en la educación, como materia optativa de oferta obligatoria al lado de asignaturas científicas y humanistas? En la comunidad valenciana 4 horas en segundo de Bachillerato y 3 en Primero. ¿Hasta cuándo esta barbaridad?
La autentica fe es la que se adquiere sin presiones y de manera voluntaria en los lugares de culto y con toda la libertad para ejercerla.
La secularización de la sociedad española camina a pasos agigantados y prueba de ello son las uniones civiles muy por encima de las uniones religiosas y van en aumento también las bienvenidas civiles y las despedidas.
Y esta secularización, este apartarse de la jerarquía católica y de su doctrina tiene mucho que ver con lo que practica esta institución en materia de privilegios económicos, ideológicos y simbólicos. Y no entremos ahora en la pedofilia ni entremos tampoco en su guerra contra nuestros derechos conquistados como el aborto, el divorcio, matrimonio homosexual o la igualdad entre hombres y mujeres? Díganme, políticos y políticas en activo, adonde están hoy los valores éticos de la Iglesia católica para darles tantos privilegios? Cómo una democracia puede darles la voz en los establecimientos educativos?
Si esto es una democracia no se puede permitir que los dogmas, ninguno, tengan las escuelas abiertas.¿Qué se está haciendo ahora? Pues ahora se abre la puerta a más dogmas, a más religiones. A esto le llaman multireligiosidad o multicultutralismo pero no nos engañemos, esto es lo de siempre pero con más religiones y la mayoritaria está encantada.
Una y mil veces lo repetiremos, nada que objetar a que las religiones se practiquen en sus lugares de culto ya que tienen todo su derecho PERO NO EN LA ESCUELA. Precisamente muchos creyentes se avergüenzan de esta imposición en la educación y hacia ellos manifestamos todo nuestro respeto.
Han pasado muchos años desde la llamada transición a la democracia. En el 78 las fuerzas políticas no fueron capaces de derogar los acuerdos con la santa Sede, a fecha de hoy vigentes, entre un estado definido como democrático, España, y un estado Vaticano de una Corporación ideológica privada. Pero España no es un estado democrático y, al menos, aconfesional? Si no lo somos, díganlo quienes nos gobiernan, por favor, díganlo claramente, no se avergüencen.
¿Habrá alguien en este país que tenga el coraje político para acabar con esta anomalía antidemocrática?
Raquel Ortiz, coordinadora de Valencia Laica
Me adhiero a la propuesta. No dejar rastro de dogmas emocionales, sentimentales, metafísicos, religiosos, de fe. Esas barras de las celdas mentales en las que se enjaulan las almitas de los niños.
Con el catolicismo es fácil. Aun son mucho pero no son ni sombra de lo que fueron. Así que a saco.
Con el islam, la cosa anda más chunguilla. Y no vamos a entrar más en el tema para no complicarnos.
¿ Y con el nacionalismo?
Ah el nacionalismo, esa forma sofisticada de xenofobia…
Ahí no hay valor.
Con la cosas de comer no se juegan. ¿A que no?
Un ácrata en camiseta
Hay una matiz importante que subrayar; Toda fe está divorciada y lejos, muy lejos del racionalismo y la realidad. La fe, sea laica o religiosa conduce invariablemente por caminos tortuosos y hacia la falsedad de los mitos, pues estos haberlos haylos incluso con los que entran en abierta contradicción con las religiones, hasta el punto de etiquetarlos con el estereotipo de nuevas religiones «Laicas»
Del matrimonio y sus diversidades es un auténtico despropósito el hacer bandera de él, por ser alienante, castrador y disolvente del sujeto. Y de la cultura que voy a decir… Bien, aprietensé los machos que que va de órdago: La cultura es una mala Puta y el multiculturalismo es a su vez un Putón en grado superlativo. Tenemos una sola vida y es de rigor en las primeras etapas de la vida, la necesidad de una formación divorciada de ideologías. Es el racionalismo, como método soberano el que debe primar para el desarrollo del individuo. Otra cosa muy distinta es, que en competencia con las ideologías y religiones, se quiera potenciar solamente el adoctrinamiento de gremios o grupos antagónicos de estas como una respuesta válida, en el desarrollo de una sociedad sana y de futuro.
Emili Justicia