La Veranda de Rafa Rius
Con toda la que está cayendo en Grecia, recuerda uno o descubre aspectos de la cuestión realmente curiosos. Quizás no tengan relación directa con el núcleo del problema pero en todo caso nos desvelan aspectos colaterales ciertamente peculiares y reveladores. Veamos.
Nos llegan noticias de que en los últimos tiempos está aumentando notablemente en el país heleno el sentimiento de nacionalismo ofendido – Algo así como: “Mirad como nos tratan estos bárbaros a los que nosotros hemos civilizado y enseñado gran parte de lo que saben y hasta les hemos dado el nombre: Europa… ”- Un sentimiento transversal y muy enraizado que, con distintas variantes y excepción hecha de la mayoría de los libertarios, recorre al parecer gran parte del espectro político griego.
Pues bien, lo de la potencia cultural de la Grecia clásica, pocos lo ponen en duda a estas alturas: el arte, la política o la filosofía, no serían lo mismo sin ellos y la etimología nos muestra que es de allí de donde vienen buena parte de los conceptos que hemos venido manejando hasta estos momentos, pero por lo que respecta al nombre, se da una curiosa paradoja: Europa, no era europea. Si recurrimos una vez más a la mitología, veremos que Europa era en realidad una princesa fenicia, concretamente de la ciudad de Tiro y por tanto asiática. Cuentan las antiguas leyendas que era mujer de gran belleza y Zeus, que era un zascandil y del que es bien conocida su gran capacidad para travestirse, se propuso raptarla. Esta vez se presentó como un enorme, manso y lustroso toro blanco que confundido con la manada, se acercó a la muchacha que a la sazón, andaba recogiendo flores con sus amigas a la orilla del mar, ocupación por otra parte muy habitual en las princesas de la época.
Europa lo vio tan tranquilo y apuesto que comenzó a acariciarlo y hasta se atrevió -mira que era traviesa- a subirse a su lomo. Nada más sentir su dulce peso, Zeus arrancó a galopar y metiéndose en el agua, nadó hasta Creta con Europa a cuestas -véanse imágenes de Tiziano, Rembrand, Rubens y hasta de Picasso- donde bajo un plátano, consumó sus libidinosos propósitos (la historia no nos cuenta si lo hizo bajo forma humana, de dios o conservando la de un toro) y de cuyo ajetreo nació un hijo llamado Minos que posteriormente sería origen de otras leyendas de Minos-tauros encerrados en laberintos cretenses con más doncellas raptadas, pero eso ya es otra historia.
Sea como fuere, los griegos de aquellos lejanos días y vaya usted a saber por qué, comenzaron a llamar Europa a la parte continental de su país, de Corinto hasta Macedonia. Más al Norte existían tierras de bárbaros incultos y salvajes que no merecían mayor atención. En cualquier caso, desde el punto de vista de la Geografía Física, Europa también es asiática, al fin y al cabo no es sino una humilde península de Asia que se ha venido arriba y tiene el ego hipertrofiado por motivos históricos, más humanos y políticos que otra cosa.
Pues bien, mire usted por donde, se fue extendiendo la marca Europa y en la actualidad, algunos de esos pueblos bárbaros del Norte, concretamente los francos y los germanos, les están haciendo la puñeta de mala manera a los inventores de la democracia y dejando ver que los creadores de Europa no son bien vistos en ella.
¡¡¡ Hombreee!!!
Y todo por culpa del Euro (€) ¡Mardito parné!
Por cierto, un último apunte mitológico a propósito del €. Euro era el nombre que se le daba en la antigua Grecia al viento del Este al que se consideraba nefasto y portador de desgracias. Pues bien, muy al Este de Europa, en el Extremo Oriente, está la China… pero bueno, mejor será que dejemos los cuentos chinos para otra ocasión.