La Veranda de Rafa Rius
“Toda religión se dice bajada del Cielo: la que lo sea, será la verdadera, las restantes, no serán otra cosa que ilusión o impostura.” Balmes. “El Criterio”
Apabullante el Balmes: ¡Pura lógica!
En los ya lejanos tiempos de mi educación franquista, recuerdo que había clase de religión –católica, apostólica y romana- y aparte, como máxima muestra de aperturismo y “modelnidad” nos deleitaban con las historietas mitológicas de Zeus, Odín o Shiva.
No había que mezclar churras con merinas, que una cosa son los diferentes errores con que los humanos han intentado, desde la noche de los tiempos, dilucidar lo incomprensible y otra muy distinta la religión homologada como la única y verdadera. Andando el tiempo, comprendí que lo que pretendían –y conseguían, hay que decir- es vendernos la burra de que la Biblia no tenía nada que ver con ninguna clase de mitología, sino que, como decía Balmes, contiene la única verdad revelada, directamente bajada del cielo sin escalas ni intermediarios. ¡Quédese con la auténtica, oiga! ¡Desconfíe de las imitaciones!
En cualquier caso, es muy fácil de verificar: siempre podemos recordar la cruzada contra los cátaros, bajo el papado de Inocencio III, cuando el legado papal, ante la pregunta de Simon de Monfort a las puertas de Beziers: ¿Cómo podremos reconocer quienes son los herejes?, contesta con la frase famosa: ¡Matadlos a todos, Dios reconocerá a los suyos! Dicho y hecho, se pasaron por la piedra a 8000 lugareños, eso sí, en nombre del único dios verdadero.
Siempre que alguien se postula como único depositario de la verdad, hace patente, no sólo su miedo a considerar verdades ajenas, sino su incredulidad y desconfianza acerca de la propia.
Las religiones politeístas manifiestan al menos su disposición a considerar las más variopintas formas de acercamiento a lo desconocido, pero los acólitos del tripartito de Jehová, Cristo y Alá, andan empeñados en reclamar para sí la exclusiva de la epistemología y la hermenéutica de la divinidad. Son sus intérpretes y portavoces exclusivos. Conjeturan y hasta cartografían minuciosamente infiernos y paraísos y aseguran que “su reino no es de este mundo” pero, contrariando de forma flagrante sus postulados, se aplican con fruición a meter baza en las más variadas cuestiones terrenales en este supuesto “valle de lágrimas” al que, pese a sus declarados principios, tanto apego tienen.
Habrá pues que recordarles, que cualquier divinidad –la suya como la que más– pace en las lejanas praderas de la metafísica y está sometida a las leyes arbitrarias de cualquier legendario universo en el que los humanos la quieran situar. Pese a los esfuerzos tan denodados como inútiles de dotar a la Religión monoteísta de una vestimenta de lógica incontestable y racionalidad, sigue siendo y será, hasta que decidamos afrontar de una vez por todas la inanidad de la condición humana y releguemos toda creencia religiosa al ámbito de la literatura de ficción, pues eso: pura mitología, por muy católica, apostólica y romana que sea.
Y como por otra parte, según todas las evidencias, no parece que haya más cera que la que arde, mejor será dejarse de pitonisas y de frailes, disfrutar en lo posible aquí y dejar las verdes praderas celestiales para los que prefieran comulgar con ruedas de molino.
Abucheo a los políticos a la salida de las Cortes Valencianas
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http://youtu.be/JbS2ureC5jY
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¡NO HAY PAN PARA TANTO CHORIZO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Estimado Rafa, me parece un discurso trasnochado y que no aporta mucho realmente. Creo que tenemos que mirar bien adonde dirigir nuestras diatribas, ya que realmente, aunque la iglesia católica (en otros sitios otras iglesias y/o religiones monoteístas o politeístas, sean a la antigua usanza o disfrazadas de nuevas ingenierías sociales, cosmovisiones y demás), aquí en este estado como en otros y en especial en esta autonomía, tiene un gran poder socio-económico-ideológico-cultural y aun político, es realmente el reinado de los mercados en la tierra el que ha venido a ocupar el antiguo sitio que ocupaba aquella. Hasta puede que quizás el advenimiento del neoliberalismo, que en el fondo no es más que una regresión a épocas pretéritas preindustriales, ha tirado del carro de viejos dogmatismos que nos sorprende encontrarnos hoy en día.
Y hasta la vieja izquierda política, la de algunos de aquellos tan denostados progres, que vendieron intentos revolucionarios por alimentar su ego de pretendientes a dirigentes tal vez sin quererlo, viéndose a sí mismos como la vanguardia que arrastraría al pueblo a emanciparse, hacia utopías nunca alcanzables, paraísos terrenales muy cercanos conceptualmente a los religiosos.
Hasta esa izquierda dogmática, no la de las honrosas derrotas, sino la asimilada por desgaste, miedo o comodidad, hasta ellos desconfían de todo esto, hasta por ahí llueve la conspiranoia que encubre esto: -¡alguien ha de haber detrás con oscuros intereses, sea quien sea, me da igual, el caso es que no son de los míos!
Me gustaría que se hablase de manipulación cuando esta se ha dado, no cuando se está intentando, siempre estamos a tiempo de ayudar a evitarlo al menos.
Es tiempo de acción, hay preparación y voluntad. Hay que colaborar o pararse a reflexionar un poco, para luego seguir.
Animo.