Es demo-cracia y lo llaman vacío de poder
Los acontecimientos de Túnez y Egipto han tenido un tratamiento placebo en Europa. Incapaces de prever el volcán social que alimentaban las dictaduras homologadas del Magreb, las cancillerías occidentales han respondido a las justas demandas de aquellos pueblos con la neutralidad cómplice que sirvió para entregar a sus verdugos al pueblo español en 1936. Pero si entonces la criminal traición de esos gobiernos se vio contestada con el decidido posicionamiento de sus ciudadanos, que apoyaron mayoritariamente la causa de la II República, llegando incluso a integrar “brigadas internacionales” para defenderla por las armas, en el siglo XXI, representantes y representados han estado uncidos por el mismo dogal.