Colisión nuclear a velocidad de crucero
Por otro lado, recientemente asistí a la formación sobre energía nuclear que impartía la Plataforma Tanquem Cofrents, en la que argumentaban basándose en la teoría del caos, que la propia complejidad del despliegue tecnológico, del despliegue de recursos humanos de una central nuclear, constituyen en sí mismas un motivo para un posible accidente atómico y por lo tanto un motivo para pedir el cierre de estas instalaciones comerciales. Dicen que con un número tan elevado de variables a controlar y estando tan presente el elemento humano, las personas, por más que los sistemas de seguridad estén multiplicados, la concatenación de errores humanos y fallos tecnológicos es posible, y ocurre con mucha más frecuencia de lo que nos pensamos. La historia se empeña tozudamente en recordárnoslo.