
Sindicalismo útil ¿estigmatizado?
Ángeles Sanmiguel

¿Mujeres afiliadas? «Más de la mitad, es un sindicato bastante joven, de los veinticinco a los cuarenta y cinco años la mayoría». Antonia, de cuarenta y cuatro, portando la pancarta, reconoce que: «Hemos tenido un trato bastante aceptable, no podemos decir que estamos represaliados». ¿Por qué sindicalismo y juventud semejan antípodas? Alvin Toffler periodista y asesor de organizaciones como la Rockefeller Brothers Fund escribiría: «El «shock» del futuro es la respuesta a un estímulo excesivo. Se produce cuando el individuo se ve obligado a actuar por encima de su nivel de adaptación». ¿Acaso no es una espiral de reclamos e inseguridades la que obnubila a la juventud fomentando el individualismo? «La gente joven entiende que tiene cosas más divertidas, no entienden que hay que hacer algún sacrificio para defender sus derechos», comenta Antonia. ¿Por qué no centrarse en un nicho ¡aún! no absorbido plenamente por opciones de los denominados agentes sociales que ya hacen pinitos en sectores como influencers y youtubers?
«Hay una desesperanza, es concienciarse y tener ganas, hemos estado perdiendo ganas». Multitud de jóvenes «están sufriendo trastornos, depresión, inseguridad, eso no ayuda a levantarse y luchar» comenta Noa de veintidós años. «Vengo simplemente a apoyar», Ella se enteró de la manifestación por sus colegas, también presentes en la marcha. «Son cosas que no he visto por redes». ¿Por qué no llenar ¡todas! las redes sociales con las convocatorias y que la juventud, consumidora absoluta de ellas, se acerque al sindicalismo? ¿Existe anquilosamiento en ciertas cúpulas? Noticias altisonantes, incertidumbre sobre el futuro, carencias básicas y temores reprimen iniciativas jóvenes reivindicativas, y, como en cualquier relato policíaco, cabe preguntarse: ¿Quién se beneficia de tal desmotivación? Hay que tener en cuenta que sin estímulos productores de dopamina (sensación placentera) como la ilusión por el mañana y la consecución de pequeños avances en la cotidianidad, la desidia se apalanca en la sociedad. Daniel Ellis Berlyne, psicólogo, profesor de la Universidad de Toronto, dictamina que: «El sistema nervioso central del animal superior está concebido para enfrentarse con el medio que produce cierto grado de…estímulo…Es natural que no actúe de la mejor manera en un medio que le produzca una tensión o una carga excesiva». Excesiva carga de desesperanza, desilusión, información manipulada, opciones lúdico virtuales, cuando no imposibilidad de subsistencia y la salvaguarda de derechos se aglutinan aprisionando disidencias lozanas.
Con la restricción de «la hormona del abrazo» (oxitocina), por pandemia, se aposentan en las sociedades la consiguiente desarticulación de respuestas empáticas acrecentándose la necesidad de agarrarse a rituales, casi siempre en manos de absolutismos y dogmatismos. «La vinculación social es esencial para la supervivencia de las especies» se lee en una publicación científica citando a la ginecóloga india Navneet Magon. ¿Herramientas neurológicas para neutralizar protestas multitudinarias? ¿Cañones de sonido (LRAD) para manifestaciones? «No tendrás nada y serás feliz» predice el Foro Económico Mundial (Agenda 2030). Esa felicidad en la desposesión total preconizada por uno de los integrantes de la cúpula dominante, ¿tiene algo que ver con la utilización del neurotransmisor GABA, denominado suplemento de la felicidad? ¿Apatía, conformismo?
¿Por qué aún existen desmanes como la sentencia de «las seis de Gijón»? «El derecho a la información obligó también a la CIA a desclasificar (…) la fabricación de las pruebas con las que se condenó a muerte a Sacco y Vanzetti, pese a ser inocentes», recogen el periodista tinerfeño José Díaz Herrera y la madrileña reportera de investigación Isabel Durán en el capítulo La tentación totalitaria, de su libro conjunto.»Este es amigo del juez y es la razón de que las compañeras hayan sido condenadas…-estas chicas me están molestando en el trabajo-«, comenta sobre el caso Raúl, de veintiséis años, gijonés, certificador de programas 3D y afiliado a la CNT. ¿Acoso a opciones sindicales valientes? «Represaliadas de manera injusta, lamentable, inaceptable, es una locura, un ataque a defender los derechos, rabia, frustración» refiere al respecto Antonia. «Afortunadamente tenemos un buen equipo de abogados y abogadas para también el día a día».
«Yo no soy de izquierdas, soy anarquista, me siento más anarquista que socialista o comunista», proclama Valentina de treinta y tres años quien estudió periodismo, actualmente en paro. «El sistema pone en juego muchos tentáculos y los sindicatos de lucha son imprescindibles, son los que hacen avanzar la posibilidad de que haya un cambio, los del Estado no hacen nada». ¿Feminismo sindical? «Gran parte del colectivo femenino ha sido un poco engañado». Se ha generado la confrontación, «esa división, provocando luchas internas» es nefasta.
«Pero estar, estamos (las mujeres)».
«El pueblo salva al pueblo» se lee en una camiseta. ¡Justicia! Pone en un pequeño cartel. «Estamos como que vienen un montón de vientos de todas partes». Raúl, enervado, reprueba la pasividad de la juventud trabajadora. «La pena de no saber lo que es un convenio, tú, como joven, no vas a ser más guay que nadie. ¡Que se lea su puto convenio! Es lo que le afecta a él y a sus compañeros, aunque no se implique políticamente ¡Es la única forma!». ¿Quién o qué hay detrás de la estigmatización de ciertos sindicatos obreros? «Para las generaciones futuras no les va a importar lo que han hecho si no van a poder tener agua, trabajo, les va a importar una mierda», manifiesta la joven Valentina., «somos un sindicato horizontal» afirma la también perteneciente al SOV (Sindicato de Oficios Varios) de Valencia.
«Seis militantes de CNT en Xixón (Gijón) en Asturias, se enfrentan a penas de 3 años y medio de cárcel y una multa de 150 mil euros por ejercer el derecho a la protesta, herramienta sindical básica», publica el espacio digital de la organización Ecuador Etxea. «Creo que hay que romper las normas, si no molestamos va a dar igual; salir a la calle y pelear. El miedo nos frena muchísimo». ¡¡¡Miedo!!! El arma del siglo veintiuno que recogiendo las esencias de históricas represiones las trasladará hasta al metaverso (universo paralelo, interactuación entre realidad y mundo virtual y viceversa). ¿Desarticular la socialización? Ya en el año mil novecientos noventa y dos, en la película El cortador de césped, una historia de Stephen King, se abordó el tema y algunas de sus aristas.
Charles Percy Snow, científico, director técnico del Ministerio de Trabajo del Gobierno del Reino Unido, par vitalicio (título de la corona) y novelista inglés, escribiría sobre el cambio social: «Fue tan lento que pasaba inadvertido durante la vida de una persona. Hoy, ya no es así. El ritmo del cambio se ha acelerado tanto que nuestra imaginación no puede concebirlo».