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La mentira al poder

Rafael Cid
Rafael Cid

El Vaivén de Rafael Cid

En este país de cuentos chinos, la clave está en un cuento de niños: Alicia detrás del Espejo, del matemático y en sus ratos de ocio escritor Lewis Carrol. Porque en la boca de un humilde huevo antropomórfico, Carrol definió la ley de la gravitación universal del poder. Tentetieso, nuestro minúsculo héroe, dijo las siete palabras mágicas.: “la cuestión es saber quién manda aquí”.

Pues bien, la experiencia propia y la historia colectiva nos confirman que el poder, los que mandan, también mandan porque mienten. Mienten todos los días, a todas horas, como si fuera su propia naturaleza. Y mienten porque así nos dominan. Va un ejemplo de rabiosa actualidad.

Tema papeles de ETA sobre negociación con el gobierno a los pocos meses del atentado de la T4. Rubalcaba quita hierro a la cuestión, con ayuda de la consabida clac progre de los medios de comunicación que han recibido secularmente favores del ejecutivo socialista (añadir también periodistas y todólogos del régimen), y afirma que no se puede hacer caso de lo que diga una organización terrorista.

Y en principio la cosa suena bien, pero si lo analizamos mínimamente acudiendo a las hemerotecas vemos que lo que ha hecho el vicepresidente primero y ministro del Interior es pura demagogia. Ignoremos que fue precisamente Rubalcaba el que en otra infausta ocasión juró y perjuró que ETA mataba pero no mentía. Pasemos por alto que esos llamados despectivamente papeles son una pieza de un sumario judicial y que fueron incautados al jefe político de ETA, que no los ha divulgado la propia ETA como factor propagandística.

Vale, pero, hay un pero como una casa: si la memoria no nos es infiel todo el mundo recordará que fueron precisamente otros papales incautados a ETA, donde se revelaba la existencia de un pacto previo a dos manos entre ETA y el PNV, los que sirvieron para que el PSOE se cargara el Pacto de Estella-Lizarra con que la organización armada pretendía hacer un frente soberanista.

¿Aquellos papeles de ETA eran la Biblia y estos de ahora, tan similares, son basura? Ya digo, son las mentiras del poder para seguir siendo poder. Y lo que es peor, es una rutina contagiosa. Fíjense lo que acaba de declarar uno de los sedicentes negociadores del Gobierno con ETA: “Las reuniones con ETA fueron una partida de ajedrez de medias verdades”. Así que nuestros impuestos se los fuman al ajedrez.

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