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Opinió

La Universidad como Botín

Rafael Cid
Rafael Cid

El Vaivén de Rafael Cid

“Yo esperaba llegar a ser un hombre, pero me han dicho
que no tiene salidas; hay que especializarse”
(El Roto)

Con la décima parte del dinero de la evasión fiscal depositado en el HSBC suizo que el gobierno de Rodríguez Zapatero perdonó a Emilio Botín, el Banco de Santander ha promovido una campaña de autobombo en toda la prensa ofertando un programa de becas low-cost, con la ayuda promocional de la cuestionada Cepyme y la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), que tan devota es de la entidad líder de la “lista Falciani”.

Los rectores han hecho piña contra la reforma Wert que implanta a voluntad de los centros el formato 3+2 frente al anterior 4+1 en los tramos correspondientes a estudios de grado y master. ¡Eureka, otros de los nuestros! Pero tamaña osadía de parte de aquellos que en su día se plegaron a la disciplina mercantil del “Plan Bolonia” debería llevar a tentarnos la cartera. Si los pajaritos disparan a las escopetas, solo puede ser por una falsa percepción de la realidad. Cuando los ahora disidentes mantuvieron el ancho de vía de los estudios superiores en España (4 años el grado y 1 el máster) contra lo reglado en casi toda Europa (3 + 2), lo hicieron para mantener sus privilegios y chiringuitos a costa del estandarizado “espacio común”, dado que la financiación pública se imputa sobre el tramo de los grados. Y ahora reinciden, porque la destrucción de la universidad española viene de dentro. Del sometimiento doloso de las autoridades académicas a los designios del sistema financiero en general y del Banco de Santander (BS) en particular.

Primero florecieron los cajeros automáticos en los centros. A continuación llegó la moda de los mediáticos “cursos de verano” patrocinados por los ases de la banca. Más tarde, las entidades financieras abrieron ventanilla en las principales facultades. Y finalmente, con la complicidad de rectores y decanos, el Santander trepó al negocio de la educación superior abriendo la red Universia, una colosal nube de datos de y para “clientes” de las universidades de España y Latinoamérica. Se trata de la web con la que el fallecido Emilio Botín quería monopolizar la información del alma mater para fidelizar a los estudiantes presentes y venideros a ambos lados del charco. Este mercado de futuros hoy ya es una realidad que busca suplir al de la burbuja hipotecaria deflagrada por la crisis.

La sumisión con armas y bagajes del estamento académico al rigodón de las finanzas ha sido tan rotunda que el término “beca” está perdiendo su carácter original de incentivo público para facilitar la igualdad de oportunidades, o más propiamente, una discriminación positiva que supere la desigualdad de clase. Tener hoy una “beca Santander” supone, por elevación, adscribirse a la moda crediticia de los bankers, porque la financiación de los costosos masters es un bocado muy apetitoso para la gran banca. Como antes ocurrió con las hipotecas. El Programa Préstamo Renta Universidad a través del ICO, iniciado en el 2007 y finalizado en el 2010, con 15.623 abonados, marcó la tendencia hacia la financiación privada de los estudios superiores. Inseminó la deudocracia en el ámbito universitario haciendo de cada egresado un rehén de la banca.

Esta nueva cultura del hipotecón universitario se descaró el pasado miércoles 28 de enero cuando todos los periódicos de ámbito nacional llegaron a los quioscos con los colores corporativos del clan Botín. ¡Viva la prensa libre! Una doble sábana de publicidad del BS envolvía la portada y contraportada de los medios que crean, controlan y facturan el mensaje social, fagocitando así la opinión pública mediante la opinión publicada. “Generaciónencontrada” era el slogan con que la entidad que hoy preside Ana Patricia Botín anunciaba una convocatoria para optar a “5.000 nuevas Becas Santander Universidades de Prácticas profesionales en PYMES”, por cuantías de calderilla y sin aclarar las ventajas fiscales que concede el gobierno a las entidades “contratantes”. Como en el caso del derecho a un techo digno, en las esperanzas de superación de esa generación perdida, sin curro y sin casa debido a los ajustes y recortes para sufragar el desfalco financiero, el banco emisor prevé un próspero y filantrópico mercado.

Y ello con menos riesgos incluso que respecto a aquellos créditos-vivienda bumerán. Donde entonces su codicia les hizo errar en las previsiones, concediendo hipotecas a clientes de dudosa solvencia, la cultura de becarización masiva a futuros (tras esa propina a la Generaciónecontrada) ofrece una seguridad simpar al asirse en un doble aval: el de las familias de los universitarios y el de la capacidad de renta de los licenciados al ingresar en el mercado de trabajo. Una bicoca. Si aquel primer experimento se resintió por factores sobrevenidos, el nuevo se acoraza en el potencial de una clase social emergente.

Una provechosa apuesta que además cuenta con la complicidad de los claustros y del ministerio del ramo, tanto en la etapa San Segundo-Cabrera-Gabilondo como en la Wert. Si en el fiasco de las hipotecas la banca usurera tuvo al Banco de España (BE) y a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) mirando para otro lado, con la financiación de las carreras es la propia CRUE (Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas), con varios lustros de cohabitación con la familia Botín, quien acuna sus magníficas expectativas ¡Poderoso caballero…!

1 COMENTARIO

  1. En dos palabras: IM-PRESIONANTE.

    Bueno, veamos algún aspecto evidente (de los muchos que son igualmente de Perogrullo, pero por no ser pesado). Los bancos hacen negocios (o chanchullos) con eso de dar préstamos.

    Bien, lo de dar préstamos hipotecarios ya no es lo que era en CORTIJO-BANAÑA; se seguirán dando pero muchísimo menos, etc., así que ahora el engaño, la estafa o como se le quiera llamar está en buena parte en esos jóvenes que van a ir a la Universidad.

    Antes se hipotecaba (hipotecas basura casi siempre) a un pobre currante para que así tuviera la ilusión de que era propietario de su vivienda (además, para seguir con el chiste macabro, se le vendía que nunca bajaría de precio, etc.); claro, ya hemos visto y seguimos viendo los estragos que están haciendo esas hipotecas basura en esos millones de personas que así se hipotecaron.

    Ahora les venden la ilusión a los jóvenes Universitarios de que se endeuden (y no son deudas de pocas cantidades, precisamente) para que su futuro sea un futuro magnífico, etc., etc.; bueno, sabemos que en CORTIJO-BANAÑA difícilmente podrán trabajar de lo que estudien.

    Otro engaño, timo, estafa o como se le quiera llamar. Con el cuento chino de venderles esa ilusión de «especializarse» en algo, etc.

    Ya se verá cómo es esta burbuja crediticia, su dimensión, su modus operandi, etc., pero desde luego tiene muy mal aspecto: vamos, que huele a mierda podrida que tira de espaldas.

    SALUD COMPAÑEROS.

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