DRY València
Ya estamos hartos.
Y seguimos indignados, pero ahora damos un paso más, porque hemos decido pasar de la indignación a la acción.
Porque hace cinco meses que tomamos las plazas para reclamar un cambio, para reclamar nuestros derechos más básicos, y después de casi medio año de acciones y movilizaciones, nuestras propuestas siguen siendo ignoradas. Nuestros argumentos, ridiculizados.Nuestras ideas son tergiversadas y manipuladas. Atónitos, observamos como las cosas cambian, pero sólo para peor.
Por eso estamos hartos.
Y sin embargo, algo hemos de estar haciendo bien. Algo tiene que estar pasando para que gente de todo el mundo se esté manifestando, igual que nosotros, por los mismos motivos que nosotros, en este mismo momento.
Hoy estamos haciendo historia. Hoy es el día en el que el planeta tiene una sola voz, reclamando un cambio global.
Hoy es el día en el que todo empieza a cambiar.
¡Bienvenidas, Bienvenidos a la primera manifestación global de la historia de la humanidad!
Los derechos de los pueblos son los deberes de los gobiernos. Estos derechos no son arbitrarios, obedecen a necesidades básicas: alimentación, vivienda, sanidad, justicia, educación. Y un sistema que no garantiza estos derechos, no está cumpliendo con su deber. Y por tanto, debe cambiar.
Tenemos el derecho y el deber de trabajar, con libre elección de profesión y oficio, con un sueldo digno y sin discriminación. El estado tiene el deber de velar por el pleno empleo. Y tenemos más de cinco millones de razones, que demuestran que no lo están cumpliendo. Familias enteras en paro, personas trabajando en condiciones precarias, derechos de los trabajadores vulnerados sistemáticamente.
Tenemos derecho a una educación libre, y gratuita, porque es la base de nuestro futuro. Recortar en educación es hipotecar nuestro futuro. Nuestro sistema educativo agoniza ¿Vamos a permitirlo?
Todo ser humano tiene derecho a una vivienda digna y adecuada, y sin embargo, cada día hay cientos de desahucios: familias enteras que no pueden pagar sus hipotecas, que se ven en la calle y aun así, obligados a seguir pagando una deuda que ahoga, fruto de la especulación de los mercados. Especulación que los poderes públicos tienen la obligación de evitar.
¿Vamos a permitir esto?
La lista de lo que está mal, de lo que no funciona, de lo intolerable, es demasiado larga. Los poderes públicos ignoran las necesidades de la población para convertirse en títeres de intereses particulares, de aquellos que se aprovechan de un sistema corrupto y defectuoso
Las multinacionales abusan sistemáticamente de los países más empobrecidos, explotando a las personas y su hábitat para atender las necesidades de los países desarrollados, y disfrazando estos abusos de una exportación de la democracia y de ayudas para el desarrollo.
El uno por ciento de la población atesora el noventa por ciento de la riqueza, a costa del noventa y nueve por ciento restante. A costa de todos nosotros.
El planeta entero convertido en una maquina gigantesca de consumo diseñada para mantener los privilegios de los poderosos, sin importar el coste humano o ecológico.Basta ya de excusas, basta ya de mentiras. Basta ya de decir que la solución a la crisis está a la vuelta de la esquina, porque no es cierto. Esto no es una crisis, es un fallo del sistema.
Han atentado contra nuestras libertades, contra la libertad para decidir cómo queremos vivir nuestras vidas, contra nuestra soberanía.
Pero esto cambia hoy. Haciéndonos conscientes de que el cambio es posible.
Hoy, exigimos a los poderes políticos, militares, jurídicos y económicos que se pongan al servicio del pueblo, como es su deber, como es la razón de su existencia.
Hoy, la humanidad entera une su voz para reclamar el derecho a decidir sobre nuestro futuro y construirlo.
Reclamamos una soberanía política, que garantice una democracia real, directa y participativa. Que garantice el derecho de la ciudadanía en la toma de decisiones políticas de forma directa, garantizando la transparencia y la separación real de los poderes. Queremos un sistema que dé respuesta a nuestras necesidades y al tiempo en que vivimos.
Reclamamos una soberanía económica, que ponga las riendas de la politica financiera al servicio de las personas, donde siempre debio estar, propugnando la dación en pago y regulando políticas que sólo benefician a multinacionales y permiten la especulación. Guiada por criterios de comercio justo y de producción energética eficiente, basados en valores éticos y sostenibles para el medio ambiente.
Reclamamos una soberanía alimentaria que garantice el derecho de los pueblos a definir sus propias políticas agrarias y alimentarias de acuerdo a objetivos de desarrollo sostenible y seguridad alimentaria. Que no destruya, que no esclavice a un pueblo para convertirlo en la despensa de otro.
Reclamamos una soberanía cultural que respete y proteja las identidades culturales de los pueblos dentro de un mundo global y multicultural. Que garantice el libre acceso a la información y a una educación libre, pública y de calidad. Que asegure el libre acceso a la tecnologías, y que mantenga la creación cultural y los medios de comunicación independientes y libres de la manipulación de los poderes públicos. Libertad para pensar, y para expresarse.
Reclamamos una soberanía social, que defienda a las personas por igual, que garantice nuestros derechos y deberes, independientemente de sexo, raza, identidad de género, nacionalidad, condición social o económica, religión o ideología.
Hoy es el día en el que la humanidad entera unida comienza el cambio hacia el mundo que queremos para nuestras hijas y para nuestros hijos.
Esto es una advertencia.
A esa clase política que vive completamente alejada de la realidad de su pueblo.
A esos partidos políticos que juegan con nuestro futuro, pasándose entre ellos la pelota del poder, y que se blindan ante cualquier posibilidad de cambio real, ante la recuperación de la Política con mayúsculas, la que emana del pueblo y está a su servicio.
A los poderes financieros que mueven los hilos de la política, perpetuando un sistema que solo los beneficia a ellos mismos.
No vamos a parar. Haremos todo lo que sea necesario para conseguir el cambio que necesitamos para construir un mundo más justo y equitativo y asegurar la supervivencia de nuestra especie.
Para que la generación de nuestros hijos, de nuestras hijas, y las que vengan después, tengan derecho a soñar, y a cumplir sus sueños.
Porque somos capaces, como ya hemos demostrado, de trabajar juntos, de establecer otro tipo de relaciones humanas, de aprender y de crear unidos.
Porque no somos mercancía en manos de políticos y banqueros.
Porque no nos representan.
Por un cambio Global Ya.
VIVo en el Norte Argentino, Ciudad de Salta, estuve el 15 de Mayo en Valencia, y continué participando en las asambleas y mani que se llevaron a cabo con esa población tan eufórica, me sentí parte y quiero que en mi ciudad, mi país también nos sintamos así, aqui las marchas de cierto modo son más frecuentes, sin embargo han perdido su virtud, siempre termina en violencia y en el peor de los muertes.
DEMOCRACIA GLOBAL, BASTA DE GOBIERNOS MENTIROS!!