El Vaivén de Rafael Cid
De pronto los agresores nos aman apasionadamente. El bipartidismo que tiene secuestrada esta falsa democracia ha decidido poner su cara más cínica para intentar llevarnos al huerto. Pretenden cambiar de estrategia para no perder el poder. Con ello se ha abierto el tiempo de las grandes mentiras y de la desmemoria política.
Así tenemos a Rubalcaba por parte del PSOE y al extremeño Monago por el lado del PP gratificando los oídos de la izquierda social y resistente, de los ciudadanos indignados y de los jóvenes movilizados contra el sistema, con bonitas palabras y músicas para cándidos. Rubalcaba ahora tiene la fórmula para crear empleo.
Rubalcaba, que ha sido desde su puesto en el consejo de ministros durante toda la legislatura, y como diputado y miembro de la ejecutiva socialista, cómplice y ejecutor sin piedad de todas las contrarreformas reaccionarias y antisociales del gobierno, de buenas a primeras se pone estupendo. Y dice que hay que ser más exigentes con los bancos, atender las justas demandas del 15M, fomentar la sanidad pública y rectificar el canon digital. Amnésico Rubalcaba, el mismo que hace sólo unos días dijo amén, como todo el PSOE, a la última agresión del gobierno desregulando en favor de los empresarios los convenios colectivos.
Y algo similar ha expresado el que será nuevo presidente de Extremadura al hablar de acercamiento a los sindicatos, apoyo a la sanidad pública, y, no podía faltar, comprensión de las posturas más razonables del 15M. La diferencia es que Monago es un recién llegado y Rubalcaba llega años clavando su puñal en la espalda de los trabajadores. Aunque, claro, era fuego amigo, y eso ha hecho que hasta hace poco las víctimas se resistieran a enfrentarse con sus representantes de la izquierda nominal en el poder.
Una farsa cruel, porque PSOE y PP llevan años pactando casi todo contra los intereses del pueblo. En el pacto de legislatura de Euskadi, en el gobierno de Navarra, en la mesa del parlamento asturiano, etc. Lo último esta misma semana: han acordado vetar el derecho de manifestación de la guardia civil.
Así, cuando tengan que echar mano de la fuerza pública, como en Grecia, para reprimir a los indignados, sabrán que disponen de un cuerpo de carácter militar, aunque de apellido civil, para el uso legítimo de la violencia del Estado.
Que Rubalcaba se presente ahora como el bombero de la crisis cuando ha sido uno de sus principales pirómanos, es una ofensa a la inteligencia.
Aunque incluso en su perfidia sigue el guión que dicta el capital: ¿no son los mercados que provocaron la crisis los que ahora dirigen los rescates de los Estados asolados por su latrocinio?
Hay que estar atentos y vigilantes para hacer fracasar ese último intento de manipulación masiva, que llega a la indecencia de presentarnos incluso a un Rodolfo Martín Villa, otro Rubalcaba, como defensor de la cajas de ahorros frente a la voracidad de los bancos (Cajas de ahorros e interés público, El País, 4 de junio 2011). Martín Villa, el ministro de jornada durante la masacre de Vitoria, hoy presidente de Sogecable. Del grupo Prisa.
Ojo, 15M, izquierda social, ciudadanos de buena voluntad, trabajadores, demócratas, están desesperados y son capaces de todo para no soltar el poder, hasta dinamitar mediáticamente a la funesta SGAE de Tedy Bautista para justificar un maquillaje del canon digital que les acerque a los internautas. Y eso sólo para empezar.
No nos representan. Lo llaman democracia y no lo es.
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