A la enésima reforma laboral va la vencida
La reforma fiscal y los cambios en la ley electoral tendrán que esperar. La prioridad del nuevo presidente es el empleo. La reforma laboral que está preparando Rajoy va a ser la buena, ahora sí, el mileurismo y la inestabilidad merecerán la pena. Ya hemos perdido la cuenta del número de reformas laborales que llevamos en este país bajo la eterna promesa de crear empleo para todos y todas. Ojalá que, esta vez, el camino recorrido por los anteriores gobiernos sirva para algo.
CGT estará en la concentración de València contra la Reforma de la Constitución, pero también para denunciar el último Decretazo del PPSOE
La CGT no ha suscrito el manifiesto de UGT-CC.OO. por considerarlo insuficiente, por lo que se movilizará este 6 de septiembre contra la precariedad, los recortes y las reformas laboral y de la Constitución
Y ahora no es TEJERO, son Rajoy y Zapatero
Recordemos como se generó la deriva caníbal. Al principio de la crisis europea el presidente de la CEOE, el muy malhechor Gerardo Díaz Ferrán, sugirió poner la Caja de la Seguridad Social, cerca de 60.000 millones de euros generados por el sudor de varias generaciones de trabajadores, al servicio de la patronal en momentos de vacas flacas. Era la época de “estamos en la liga de campeones y vamos hacia el pleno empleo”, que decía el presidente Zapatero.
Hipocresia constitucional
Si aquesta reforma constitucional, exprés i a la carta, tinguera lloc a Veneçuela, avui els portaveus de PP i PSOE estarien donant-nos lliçons morals; i els mitjans de comunicació inundarien els seus titulars amb dues expressions recurrents: “colp d’estat” i “dictadura”.
El golpe de Estado de ZP, la hora de la verdad del 15-M
La propuesta de incluir en la Constitución un techo de gasto para las administraciones públicas sin un referéndum previo que lo legitime, es lo más parecido que existe a un golpe de Estado palaciego (autogolpe, porque se hace desde el mismo Estado). La iniciativa, relevada por sorpresa por el presidente del Gobierno (saliente) en el último pleno del Congreso de esta legislatura, y apoyada sobre la marcha por el Partido Popular, con cuyo líder Mariano Rajoy había pre-cocinado Zapatero la medida la noche anterior, supone una injerencia inadmisible en la soberanía popular al permitir a un bipartidismo agonizante colar un cambio en la Carta Magna que va a precarizar estructuralmente los recursos públicos (y sociales) al margen de la voluntad de los ciudadanos. Todo ello saltándose a la torera los mínimos requisitos formales que una acción de esa trascendencia exige. Como en tiempos de la dictadura franquista, el golpe de mano constitucional de ZP se perpetra en pleno agosto vacacional, fruto de un pacto entre notables, de penalty (se quiere aprobar en sólo 2 semanas) y de la mano de un Ejecutivo que se puesto ha a sí mismo fecha de caducidad. ¡No nos representan! ¡Lo llaman democracia y no lo es!