Zonas de exclusión y humanismo militar
Durante la guerra fría, el tiempo en que las superpotencias se miraban de reojo, los ciudadanos del mundo estuvieron sometidos a una especie de cuarentena permanente. Las ojivas nucleares de Estados Unidos y la Unión Soviética, capitalismo de Estado versus socialismo de Estado, crepitaban impacientes en sus lanzaderas por si acaso. Los usos bélicos de la energía nuclear, que luego se blanquearía como energía limpia en el entorno civil–“no emiten CO2”, dice el eslogan del Foro Nuclear-, demostraban su devastadora musculatura con un derroche económico único en la historia de la humanidad para hacerse valer. El resultado: dos sociedades calco, que aunque se presentaban distintas y distantes eran hijas de la misma patología. Autoritarismo, explotación y dominación por razones de Estado, cada una a su manera, dieron como colofón idéntico monstruo: el Estado como ogro filantrópico. La función crea el órgano.
Matar al tirano
La doctrina del tiranicidio, fórmula que abarca desde el “magnicidio” a conceptos como “guerra justa” o “injerencia humanitaria”, tiene una larga tradición cristiana, sobre todo en España, donde nombres como el padre Mariana, y su teoría del “regicidio”, basada en las enseñanzas de Cicerón, han hecho de ella el pilar de toda una escuela de pensamiento-acción, una suerte de teología de la liberación. Y aunque desde la sociedad civil también se utilizó este principio de intervención frente a los poderosos como aval de legítima defensa de los más humildes y débiles (el Locke del derecho a la rebelión), lo que a la luz de los sucesos de Libia nos interesa de esta posición es la reflexión que establece entre legalidad y legitimidad. No siempre lo que es legal, bendecido en las normas establecidas por el sistema político vigente, es legítimo, acorde a valores respaldados por la mayoría social del pueblo, que es el ámbito donde en realidad radica la soberanía (por más que la revolución Francesa introdujera el término restrictivo de “nación” como sucedáneo). Incluso la legitimidad no es un valor estático, sino dinámico, como demostró Max Weber al diferenciar entre legitimidad de origen y legitimidad de ejercicio. Jürgen Habermas, en su libro Factlcidad y validez maximiza así el problema: “sólo son legítimas aquellas normas que pudieran ser aceptadas por todos los posibles afectados por ellas como participantes de discurso racionales”.
Barack Obama: el encantador de audiencias
Barack Hussein Obama II se presenta como el gran operador de relaciones públicas de los EEUU, atrayendo las atenciones por este comportamiento. Se trata de un juego de espejos entre aquello que estamos viendo –un presidente estadounidense simpático y culto – y el accionar de tipo imperialista, cuando ataca un dictador en Libia, otrora tolerado. En la foto, Obama confraterniza con Mauricio Funes, presidente salvadoreño farabundista y ex corresponsal de la CNN en la tierra de Romero asesinado por escuadrones financiados con plata yankee.
La OTAN asume el mando militar de la operación en Libia
Los Veintiocho aliados han llegado a un principio de acuerdo después de más de una semana de negociaciones para que la OTAN asuma el mando militar de la operación en Libia en relevo de Estados Unidos y para aplicar la zona de exclusión aérea autorizada por el Consejo de Seguridad de la ONU para impedir que el régimen de Muamar Gadafi continúe bombardeando a la población civil, según han explicado fuentes diplomáticas europeas.
La guerra «justa» del Nobel de la paz
La polémica está servida. ¿Es legítima la guerra de Libia porque tiene una resolución del Consejo de Seguridad (CS) de la ONU, frente a la ilegal guerra de Irak sin veredicto concluyente? ¿El Consejo de Seguridad, una asamblea tan poco democrática –una nación no es un voto- que algunos miembros tienen el privilegio del veto, es un organismo legítimo para declarar una guerra cuando pesos pesados pasan sobre ascuas del “no” a la abstención?
La banalidad de la guerra
El Vaivén de Rafael Cid La banalidad del mal fue un término acuñado por la politóloga norteamericana Hannah Arendt para tratar de entender la rutina del holocausto nazi. Es decir, para catalogar la impunidad y la falta de conflicto íntimo…
Contestant a Goliat. Resposta de David Segarra a Joan B. Culla
Joan, t’escric en nit de lluna plena, mentre cauen míssils tomahawk sobre Líbia. Les mateixes bombes que fa vuit anys van caure sobre l’Iraq. D’ací a poc temps farà ja un any que, amb centenars d’activistes de tot el món i uns cinquanta reporters, vaig sentir com volaven les bales. El periodista Cevdet Kiliçlar no va tindre tanta sort. Avui no pot escriure aquesta carta. Però Joan, jo t’explicaré perquè: va rebre un tret al centre del front mentre fotografiava l’atac al Mavi Màrmara. L’autòpsia va revelar que el tret fou disparat per un escamot israelià a uns pocs metres de distància. Però jo vaig sobreviure per contar-ho. I encara que em van robar el meu treball, no van poder furtar-me la memòria.
Próximo estreno: Matar a Gadafi
Abel Ortiz Algunos creímos a Zapatero. No al presidente del gobierno, no al secretario de un partido, no al político. Creímos al cazurro que se llamaba José Luís y clamaba contra la guerra en Irak, con el penal de San…
Repuesta al articulo de El País “¿Donde esta Willy (Toledo)?”, de Culla i Clarà
Mi persona, Manuel Tapial, está con el pueblo libio pero con todo el pueblo libio, no solo con una parte de él. Lo que esta sucediendo en Bengasi o en otras ciudades, a mi entender, es una disputa tribal alimentada por las grandes potencias que en el pasado, y en el presente, han demostrado al mundo cualquier cosa menos su lado humanitario. Puede parecer esto una opinión subjetiva, por ello le doy unos simples datos que cualquier ciudadano puede obtener buscando por Internet. La guerra contra el malísimo de Sadam Hussein, de quién había que liberar al sufrido pueblo iraquí, ha supuesto unos suculentos contratos a empresas occidentales en la gestión de su petróleo y ha ocasionado mas de un millón de muertos, mas de dos millones de huérfanos y un millón de viudas, por no hablar de los 4 millones de refugiados que se encuentran entre Siria, Jordania y Europa. Le recuerdo que esa guerra se nos vendió como necesaria para salvaguardar a los pobres iraquíes de la tiranía de su líder y que a día de hoy sigue activa.
El Consejo de Seguridad de la ONU aprueba establecer la zona de exclusión aérea sobre Libia
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha aprobado, con los votos a favor de diez de sus miembros y ninguno en contra, la resolución que abre la puerta a la aplicación de una zona de exclusión aérea sobre Libia.
Zapatero se va a la guerra (como Aznar)
El Vaivén de Rafael Cid Zapatero se reinventa en el franquismo. Cuando aquel Caudillo de España por la gracia de Dios que padecimos, y nos dejó al Rey Juan Carlos como sucesor, tenía problemas serios que ponían en peligro la…