El Vaivén de Rafael Cid
El despegue andaluz del hasta ahora partido extraparlamentario de extrema derecha Vox es la última genialidad del bipartidismo ampliado formado por PSOE, PP y Ciudadanos. Solo a su calculada estupidez deben los andaluces la presencia en la asamblea autonómica de una formación ultra y xenófoba. Ellos son los verdaderos patrocinadores de esa infausta revelación. ¿Por qué una formación insignificante, cuya militancia salió echando pestes de Génova 13 por considerar a Mariano Rajoy poco fiable patrióticamente, salta ahora al mapa político autonómico con 12 escaños y cerca de 383.000 votos? En las elecciones generales de 2016 Vox obtuvo 46.781 votos en todo el territorio nacional, y en las andaluzas de 2015 le dieron su confianza 18.017.
Sin duda una de las razones es estructural. Tiene que ver con el caldo de cultivo que supone la persistencia durante 36 años ininterrumpidos del nepotismo socialista en aquella comunidad. Una de las que cuenta con los peores índices sociales de la península y casi de toda la Unión Europea, sin que se haya roto el encantamiento entre mandatarios y mandados. La campaña electoral se ha desarrollado como si el juicio de los ERE no existiera, con sus cerca de 800 millones de euros presuntamente defraudados, dos ex presidentes andaluces acusados y otros 21 altos cargos de la Junta en el banquillo. Tamaña atonía entra en el terreno de la patología social. De ahí el preocupante significado de la aparición de Vox. En el mejor momento de la extrema derecha, cuando todas sus corrientes concurrieron a las elecciones bajo la sigla de Unión Nacional, solo sacó 1 escaño y 378.964 votos (algo menos que Vox en solitario el 1 de diciembre de 2018 en la Comunidad andaluza).
Pero la grave irresponsabilidad de la clase política ha logrado lo que los propios dirigentes de Vox llevaban años intentando. El juego sucio de Susana Díaz metiendo al Partido Popular y Ciudadanos en el mismo saco ideológico que Vox ha servido de acicate. Gracias a su insistencia en el voto del miedo al facha, Vox obtuvo gratis una publicidad que estaba muy por encima de sus expectativas. Se le puso en órbita ante unos electores que apenas habían reparado en las gentes de Santiago Abascal. Algo más que una torpeza bumerán. Porque, visto el sorpasso cosechado, por primera vez desde la transición a la democracia se ha conseguido dotar de un líder y un estandarte común a la extrema derecha españolista para lidiar posteriores escaramuzas. Tiene razón Teresa Rodríguez de Adelante Andalucía (el No Logo de Unidos Podemos, que ha tropezado en la misma piedra que en su día IU al unirse con Podemos) al denunciar que Susana Díaz ha dado alas a Vox durante el debate. A eso hay que añadir la incompetencia y el oportunismo de los dirigentes del PP y C´s, incapaces de zafarse del pressing a que les sometía Díaz para que revelaran si pensaban pactar con Abascal. En casa del herrero… Porque esa misma matraca ha sido el argumento utilizado por ambos partidos para deslegitimar la moción de censura que ha llevado a Pedro Sánchez al gobierno. Proclamar que se ha “vendido” a secesionistas y ex etarras para llegar al poder. ¡Menuda tropa!
Un ácrata en camiseta
El movimiento libertario también tiene su parte de responsabilidad en este resurgimiento de la derecha xenófoba. No se puede ni se debe opinar desde la expectación y la inoperancia, como suele ser su dinámica. Pero que cree la izquierda española, que la hace suponer que España sea distinta respecto a otros países europeos, sea Austria, Hungría o la Italia de Salvini. La izquierda Cañí española está amodorrada hasta las trancas, sin dar una autentica salida a las perentorias necesidades de las gentes que lo están pasando mal, muy mal y claro, si no querían caldo… ahora tendrá que tomar en cáliz amargo tres tazas.
Toda la izquierda tiene una gran deuda con los represaliados del franquismo. Sus políticas respecto a la memoria histórica han sido y son herradas en sus planteamientos, desde la socialdemocracia hasta el movimiento libertario, pasando por la página Web de radio Klara, tienen la mala fe y la mala conciencia de reivindicar la exhumación de todos los asesinados y abandonados en las cunetas bajo el marchamo de «Memoria histórica» decir tal cosa y no decir nada es lo mismo, pues la memoria histórica es tan legitima en la izquierda como en la derecha. No así la «Razón Histórica», la razón histórica no es ambivalente, pues siempre está del lado de las victimas y es unidireccional, por ello su reparación exige diligencia, cosa que nunca se hizo. Sólo los lloros y lamentos hizo de la nefasta memoria histórica una necesidad abandonada en la inoperancia y no es que no hayan habido claras oportunidades para ejercer, no la equivocada «memoria Histórica», si no la razón histórica por ser de Justicia. Pero atentos, las elecciones andaluzas vienen a ser un claro aviso de lo que se avecina.
Emili Justicia
Estoy bastante de acuerdo, creo que tiene razón también, con el comentario de «un ácrata en camiseta».
La Izquierda Política no existe ni puede existir mientras que lo que sí existe o exista sea EL VIGENTE RÉGIMEN DE PODER OLIGÁRQUICO-PARTITOCRÁTICO-ANTIDEMOCRACIA-USURPADOR-SAQUEADOR-ANTIÉTICA-CORRUPTO-CORRUPTOR-MERCENARIO-SICARIO-ESTATALISTA-FILOFASCISTA-ANTINACIÓN·POLÍTICA-REPRESOR-ALIENADOR-GREGARIZADOR-IDIOTIZADOR-EMPARANOIADOR-ANALFABETIZADOR-IMBECILIZADOR-ETC.-ETC.-ETC-
La Izquierda Política no existe en dicho Régimen de Poder Oligárquico: ¿quién, con dos o tres neuronas sanas, no ve o no puede entender tal obviedad de Perogrullo?
Sí existe, como en cualquier país o régimen, la Izquierda Social. Por ejemplo, CÁRITAS es Izquierda Social, puesto que ofrece alimentos y sermones (todo en uno).
En fin, a qué seguir.
Los que se dicen de Izquierda Política en este régimen y tienen algún cargo público (ya sea mediante votación o puesto directamente a dedo por alguien o algo) o bien son unos completos oligofrénicos de baba o bien son unos corruptos morales y/o materiales que lo único que pretenden es tener privilegios, beneficios, ingresos, facilidades de vida, etc., etc., etc.