Ràdio Klara 104.4FM València

Emissora lliure i llibertària de València

Opinió

Malos tiempos para las verdades evidentes

La Veranda de Rafa Rius

imgres-5 (1)Cuando das un vistazo a tu entorno, descubres que la vida esta hecha de fragmentos. Pecios pequeños que van llegando a la orilla procedentes de naufragios diversos; colección heterogénea de múltiples zozobras; sucesión caótica, por momentos contradictoria y paradójica de miradas puntuales sobre lo que hay. Unas miradas que harían bien en huir de certezas y tautologías, para en cambio, abandonarse a las incertidumbres y perplejidades de cada momento, con la duda como insoslayable compañera de viaje.

Cuando oigo a alguien repetir la maldita y tópica frase “-Yo eso lo tengo claro” inevitablemente me echo a temblar. En la inmensa mayoría de ocasiones, cuando la persona en cuestión continúa hablando es para demostrar que no tiene ni puñetera idea de lo que está diciendo. Llevamos la certidumbre a cuestas como una pesada mochila que nos lastra y nos limita pero que a cambio evita, tanto la necesidad de pensar por nosotras mismas, como los peligros y asechanzas de la duda. “Lo tengo claro” se convierte en un mantra mágico que conjura cualquier reticencia.

A la visión del mundo como un todo coherente y homogéneo se contrapone la evidencia empírica de que nuestros días están dispuestos, no sólo como un puzzle de piezas discordantes que en demasiados momentos resultan difíciles de ensamblar, sino también como un caleidoscopio que al menor giro de muñeca cambia la disposición de sus cristales y nos ofrece una perspectiva totalmente diferente de las cosas.

Lo que en un determinado instante parece incuestionable, apenas un soplo de tiempo después, se nos presenta como algo inaceptable. Aquello que se nos aparecía sólidamente anclado en la certeza más evidente, a menudo se desmorona estrepitosamente ante nuestros ojos perplejos.

Si eso es así, que no lo acabo de tener claro, el pensar anárquico debería ser un pensar desde lo efímero, permanentemente cuestionado y cuestionable, sujeto a continuas reformulaciones en función del contexto histórico y geográfico y en permanente huida de todo tipo verdades eternas. Sólo haría falta un punto de referencia en el lejano horizonte: la remota utopía.

Decía Eduardo Galeano que utopía es aquello situado más allá del horizonte y que cuando caminas dos pasos en su dirección, ella se aleja diez.
-¿Entonces de que nos sirve? -se preguntaba.
Y se respondía: –Pues eso, nos sirve para caminar.

Sabias palabras que yo suscribo.

DEJA UNA RESPUESTA

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies