Desde la franja de Mieres. Abel Ortiz.
La audiencia nacional, como tiene poco trabajo, señala al terrorismo anarquista. El juez Bermúdez, sin despeinarse, desenvaina. El ministro del interior, sin que le entre la risa, asiente muy serio con el espíritu santo hablándole por el pinganillo. No se enteran bien, deben tener pocos informadores.
Si fueran inocentes habría que explicarles que si su llamémosle trabajo es perseguir delitos, lo punible sería ser terrorista sin que el hecho de ser anarquista, tertuliano, anabaptista o mediofondista añada ningún dato perseguible de oficio.
Cuando detienen corruptos no dicen si son neokantianos, amantes de Hayek, filatélicos, demócrata-cristianos o vendedores de ambientadores de pino.
Pero si hay algo que no son es inocentes. Gurtel es correa en alemán. Púnica es la denominación científica del granado. Pandora fue la primera mujer de la mitología griega, la primera culpable señalada por los patriarcas; fuente de todos los males, una antecedente de la Eva cristiana, pecadora original. Además tenía una caja. Presuntamente. La mujer culpable; viva la anarquía.
Puede resultar enternecedor imaginar al funcionario, amante de Hesíodo, transmitiendo un mensaje prometeico. Un centurión, dominador del griego en sus cuatro dialectos, bautizando una operación. Hay muchos detenidos. Qué éxito policial.
La democracia griega avant la lettre, la de la liga Ática, vuelve a triunfar.
Las anarquistas, barca, cielo y ola, supervivientes a miles de entierros, resisten, construyen, proponen y actúan. Y, sobre todo y lo más peligroso, piensan. Razonan, estudian, leen, ven y oyen. Y saben más que los ratones de armario. Es cosa de la historia. Se aprendió con pájaros del calibre de Martínez Anido, el de la ley de fugas, curiosamente imputado en 2008 por crímenes contra la humanidad, en la misma audiencia nacional, o en tiempos más recientes Martín Villa, acusado en Argentina por los crímenes de Vitoria. Qué cosas tiene el poder.
Pandora tenía una caja y Bartolo tenía una flauta. Pandora era mala y Bartolo era tonto. Ese es el concepto del eurocentrismo, del judaísmo, del cristianismo, del islám, del patriarcado.
La blanquitud nace en Grecia. Las mujeres son malas y los hombres tontos o esclavos. Esa es la idea. Salvo los elegidos. Los listos, los mejores. Los aristós. La aristocracia.
Eso sí, las cárceles a pleno rendimiento ahora y casi siempre. Son necesarias para que las mujeres malas y los hombres tontos no anden por la calle corrompiendo a la juventud y sin creer en los dioses. Por eso jueces, ministros, periodistas y policías se ponen de acuerdo contra Pandora y Bartolo. Para poder corromperse en paz.
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