La Veranda de Rafa Rius
No ha mucho, andaba hojeando viejas revistas, cuando di con una que atrajo mi atención. Corría el verano de 1994, la gente, imaginamos que comentaría la consabida ola de calor y el nº 10 de la revista Al Margen publicaba un editorial bajo el titular “EXCELENTÍSIMOS BANDIDOS” de cuyo contenido no me resisto a transcribir unos párrafos a continuación:
“Nos tienen más que mosqueados por esa repentina e hipócrita campaña de regeneración de la clase política emprendida por algunos medios de comunicación como fórmula de añadir carnaza a la moda del reality show que lanzara la TV para consumo de su aburrida y desencantada audiencia.
Estamos hasta los mismísimos órganos sexuales de soportar esta orquestada crónica de escándalos y corrupciones varias. No llegamos a entender que alguien pueda sorprenderse todavía de la existencia de corruptelas y mafias entre los gobernantes y los financieros, cuando eso es precisamente la norma; lo excepcional sería encontrar políticos honestos, abnegados y generosos.
No tenemos, por tanto, ninguna intención de unirnos al coro de las patéticas y oportunistas voces que claman por la sustitución de tal o cual ministro, que piden incluso el cambio de gobierno, en un vano intento de salvar la credibilidad de las instituciones democráticas. De poco serviría relevar a las personas cuando lo que apesta a podrido, lo que se tambalea por el peso de la infamia acumulada, es el sistema parlamentario y, con él, todo el aparato del Estado. ( )
Lo que sorprende es que todavía hoy quede gente que pueda creer que existen políticos honrados, jueces justos, militares honorables, empresarios paternales, policías al servicio del pueblo o banqueros generosos; que los pueblos no prescindan de quienes les engañan y oprimen y tomen en sus manos la gestión de todos sus asuntos: eso sí que nos preocupa. El que haya corrupción lo consideramos consubstancial con el régimen que padecemos.”
Hasta aquí la cita. Insisto: no es de la semana pasada aunque lo parezca, es un texto de1994. Dejando a un lado los tangos, todavía causa cierta sorpresa que después de veinte años el contexto político español haya cambiado tan poco que, palabras escritas en aquel momento, puedan suscribirse literalmente en la actualidad. Sorpresa hasta cierto punto, porque como dice el citado editorial, la corrupción y sus secuelas, como hemos tenido la oportunidad de comprobar hasta la náusea, son inherentes al sistema de falsa democracia con el que nos gobiernan desde hace ya casi tantos años como los que tuvimos que soportar a Franco el genocida.
Los tres partidos que han pasado por el escenario (UCD, PSOE y PP) han tenido el común denominador de sus desmedidos e impunes trapicheos. El editorial al que nos referimos fue escrito con un ejecutivo del PSOE en el poder: tanto da. Ya en 1977, 40 parlamentarios de UCD le escribían una carta al presidente del grupo Leopoldo Calvo Sotelo denunciando “la irracionalidad y la corrupción administrativas”. Suma y sigue. ¿Alguien se acuerda a estas alturas de los tejemanejes de los hermanísimos de Alfonso Guerra o de las conversaciones interceptadas a Zaplana en las que confesaba que estaba en política para “forrarse”?. Matices y sutilezas aparte, tanto monta, monta tanto Gürtel como Filesa, Luis Bárcenas como Luis Roldán.
A veces la Historia parece darles la razón a las que piensan que, lejos de ser dialéctica, es más bien cíclica, incluso a las que opinan que repite como el ajo. Así que, como no pongamos pronto remedio, es posible que, si seguimos incordiando por aquí dentro de veinte años, nos veamos diciendo lo mismo, lo cual resultaría francamente penoso y cansino.
Odio verme en el papel de otro Luis,el de León, cuando hace más de cuatro siglos, tras salir del talego, repetía en Salamanca aquello de: “Como decíamos ayer…”
Habrá que hacer algo. Algo habrá que hacer.