Abel Ortiz
Amanda tiene seis meses y ya la ha desahuciado Cajastur; vivía por encima de sus posibilidades. Un piso en un barrio obrero de Oviedo es más de lo que se puede permitir.
Amanda tiene que apretarse el cinturón porque, como sabe cualquier ama de casa, condesa o no, un bebé no puede gastar más de lo que ingresa. Los bebés no son rentables, no producen, son deficitarios, unidades de gasto. Hay que darles de comer, necesitan ropa, juguetes, techo.
Habría que ir pensando en privatizar los bebés. Los que no sean competitivos podríamos mandarlos a Alemania para que allí les expliquen lo del déficit y eso. Hay bebés que no entienden los problemas presupuestarios y se obstinan en vivir como si la crisis no fuera con ellos. No entienden que por culpa de los sindicatos, las comunidades autónomas y los funcionarios, a los bancos no les queda otro remedio que desahuciar, hay que ser austeros.
Algunos bebés sólo pretender seguir con sus mamandurrias y no son solidarios con los banqueros y sus accionistas que lo están pasando fatal. Para desahuciar a Amanda hizo falta que se desplegaran durante horas varias decenas de hombres armados, interviniera la justicia, se derribaran puertas y se detuviera gente, lo normal, lo lógico, lo racional.
Todo el mundo comprende que te quiten el piso si no lo pagas y lo tengas que pagar de todas maneras. Pagas un piso que se queda el banco para volverlo a vender, no te devuelven el dinero que ya has pagado, y te mandan a la calle. Amanda lo entenderá perfectamente cuando se lo expliquen.
nada que añadir, directo, con tu ironía habitual, cambian cabolas. el mundo al revés como el gelsomino de gianni rodari un saludo, salud fuerza y que les follen a los banqueros de ojos azules o con lentillas que les permitan corregir su miopia para poder ver las ostias no violentas como panes que se acercan a sus caras. y por donde curro un hotel de 20 plantas cerrado dos años ya…no estamos indignados estamos hasta los cojones. lucha e imaginación, salud